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La organización Reporteros Sin Fronteras (RSF) ha publicado datos acerca del número de periodistas que han perdido la vida en los últimos veinte años, un período particularmente peligroso para la libertad de información.
En el transcurso de estas dos décadas, se han registrado casos de asesinatos, ejecuciones, ataques sorpresa y fallecimientos en zonas de conflicto, todos relacionados con el ejercicio de la labor periodística. De acuerdo con el análisis realizado por RSF, basado principalmente en sus informes anuales, un total de 1668 periodistas han sido víctimas de asesinato entre los años 2003 y 2022. Esto significa un promedio anual de 80 periodistas fallecidos en el cumplimiento de su trabajo. Si se considera desde el año 2000, la cifra asciende a un desalentador total de 1787 individuos.
“Tras las cifras, se esconden los rostros, la personalidad, el talento y el compromiso de aquellas y aquellos que han pagado con su vida la búsqueda de información, la persecución de la verdad y su pasión por el periodismo. En cada uno de sus balances anuales, RSF ha puesto su empeño en documentar la violencia injustificable que apunta específicamente a los trabajadores de los medios. Este fin de año es la ocasión de rendirles homenaje y de instar al respeto absoluto de la seguridad de los periodistas en todos los lugares en los que acuden a trabajar y dar testimonio de la realidad del mundo”
Christophe Deloire
Secretario General de RSF
Períodos oscuros
Imagen tomada de: RSF, Reporteros Sin Fronteras
Los años 2012 y 2013 marcaron los niveles más altos de fatalidades, con 144 y 142 periodistas asesinados respectivamente, principalmente debido al conflicto en Siria. Estos trágicos años fueron seguidos por un periodo de disminución gradual, que resultó en cifras históricamente bajas a partir de 2019.
Lamentablemente, el número de periodistas asesinados en 2022 ha sido el más alto en los últimos cuatro años. De acuerdo con los datos más recientes del Barómetro de RSF, hasta el 28 de diciembre de 2022, 58 periodistas perdieron la vida en el ejercicio de su profesión, lo que representa un incremento del 13.7% en comparación con 2021, año en el que hubo 51 víctimas fatales.
Los 15 países más peligrosos
Durante estas dos décadas, el 80% de los asesinatos de periodistas tuvo lugar en 15 naciones. Irak y Siria encabezan la lista, con un total combinado de 578 asesinatos en dos décadas, superando el tercio del total de víctimas. Les siguen países como México, Afganistán, Yemen, Palestina y Somalia, que se destacan en el continente africano.
Países europeos peligrosos
En términos de asesinatos, Rusia se mantiene como el país europeo con la cifra más alta de periodistas fallecidos en las últimas dos décadas. Desde la llegada de Vladimir Putin al poder, los ataques a la libertad de prensa, incluyendo ataques mortales, han sido sistemáticos, una situación que RSF ha denunciado regularmente. Entre ellos destaca el asesinato de la icónica Anna Politkóvskaya en octubre de 2006.
La guerra en Ucrania, que comenzó en febrero de 2022, explica que el país se ubique en el segundo lugar en Europa. Desde la invasión rusa, ocho periodistas han sido asesinados en Ucrania, pero en los 19 años anteriores ya habían sido asesinados doce.
Francia ocupa el cuarto lugar en Europa debido a la masacre en Charlie Hebdo.
Asesinatos en zonas de conflicto
Durante la última década, los reporteros se han enfrentado a los mayores riesgos en regiones devastadas por conflictos armados. De los 686 homicidios ocurridos desde 2014, 335 se dieron en zonas en conflicto (como Siria, Afganistán, Yemen, etc.), con años particularmente mortales: 94 asesinatos en 2012, 92 en 2013, 64 en 2014, 52 en 2015 y 53 en 2016.
Hay un dato un tanto esperanzador: desde 2019, la mortalidad en zonas de guerra se ha mantenido por debajo de las 20 víctimas anuales. Además de la baja intensidad en ciertos conflictos, este número refleja la eficacia de las medidas de prevención y protección adoptadas por los medios, así como las precauciones y en ocasiones restricciones aplicadas en la cobertura.
Zonas «pacíficas» peligrosas para periodistas
A pesar de que no hay conflictos armados oficiales, algunos países no pueden considerarse seguros para los periodistas. Paradójicamente, en las últimas dos décadas ha habido más asesinatos de periodistas en «zonas en paz» que en «zonas en guerra», principalmente debido a investigaciones sobre corrupción y crimen organizado.
Con un 47.4% de periodistas muertos de manera violenta en 2022, América se posiciona como el continente más peligroso para los medios, resaltando la importancia de implementar políticas de protección específicas. Cuatro naciones latinoamericanas –México, Brasil, Colombia y Honduras– se encuentran entre las 15 más peligrosas del mundo.
Asia también presenta un número significativo de países en este triste ranking, con más de 100 periodistas asesinados en Filipinas desde 2003, 93 en Pakistán y 58 en India.
Mujeres periodistas como víctimas
Finalmente, aunque los periodistas masculinos son las principales víctimas en zonas de conflicto y en otras situaciones (representando el 95% del total), sus colegas femeninas no están exentas. En las últimas dos décadas, 81 mujeres periodistas han sido asesinadas, lo que constituye el 4.86% de todas las muertes. Desde 2012, 52 han perdido la vida en el ejercicio de su profesión, particularmente debido a sus investigaciones sobre los derechos de las mujeres. A lo largo del tiempo, se registran picos en el número de periodistas femeninas asesinadas mientras cubrían noticias, y algunos de estos picos son especialmente alarmantes. Por ejemplo, en 2017 se alcanzó un récord con 10
periodistas mujeres asesinadas, en comparación con 64 periodistas hombres, lo que representa un aumento del 13.5% en relación al total de muertes.
RSF solamente toma en cuenta a aquellos y aquellas periodistas que caen dentro de su mandato, es decir, cualquier persona que recolecta, procesa y comparte información e ideas regularmente o de manera profesional a través de cualquier medio de comunicación, con el fin de satisfacer el interés general y los derechos fundamentales del público, de acuerdo con los principios de la libertad de expresión y las éticas profesionales. Esta definición incluye a periodistas profesionales y no profesionales, así como a otros trabajadores de los medios de comunicación.
Fuente e imágenes por: RSF, Reporteros Sin Fronteras